Comunicar es construir escenarios compartidos, desarrollar un pensamiento crítico, preguntar y preguntarse, cuestionar el orden para comprenderlo, subvertirlo o transformarlo; es revelar los sentidos que palpitan en cada nombre, en las costumbres, en las instituciones y los símbolos; remover las ideas para deshacernos del "dado por hecho" irreflexivo y gestar eclosiones de pensamiento prolífico, fértil, pujante.
La comunicación es el proceso humanizante que nos vuelve creativos, desde la imprenta, el telar, el alfabeto, las calesitas y los puentes, hasta la pobreza palpitante de "Mi planta de naranja lima".
Comunicarnos implica intervenir con pasión en la construcción histórica del mundo que heredarán mis hijos, tus hijos.
Es aprender a tender puentes.